Uno de los temas recurrentes del año pasado fue el de la seguridad y la privacidad en Internet, empujado casi siempre por casos de filtraciones de documentos privados de celebrities. Pero el hecho de que te hackeen una cuenta, ya sea de correo o de alguna red social, no sólo afecta a los famosos. De hecho, todos conocemos algún caso en que una cuenta de Twitter aparece completamente cambiada de un día para otro: nuestro amigo se ha convertido por arte de magia en una diosa del fitness o en un gurú de la alimentación. Aprovechando que el pasado martes, 6 de febrero, fue el Día de Internet Segura, os invitamos a que sigáis una serie de consejos sencillos para mejorar la protección en vuestra cuenta de Google.

Trabaja una buena contraseña

La principal barrera para acceder a una cuenta de correo es la contraseña. Por eso, además de huir sin mirar atrás de contraseñas sencillas como "password" o "12345", que siguen encabezando las listas de las más utilizadas, deberíamos generar una contraseña de las llamadas seguras. O sea, una contraseña que alterne mayúsculas y minúsculas, que contenga números, que no signifique nada y que sea lo más larga posible.

Desde webs como Panda nos ofrecen una serie de trucos para generar buenas contraseñas, aunque si no queremos realizar esta acción nosotros mismos, siempre podemos utilizar servicios como Clave Segura, que permite generar contraseñas de hasta 20 caracteres de todo tipo. En ese sentido, aprovecha ese recursos para generar contraseñas distintas: no uses la misma contraseña para todas tus cuentas.

Usa los recursos de seguridad de Google

Aunque no son demasiado accesibles, Google cuenta con sus propios recursos para mejorar la seguridad de tus cuentas. Loguéate con tu cuenta y clica sobre las "Aplicaciones de Google" (botón con nueve cuadrados pequeños), donde tendrás que ir al primero de ellos: "Mi cuenta". Una vez allí, clica sobre "Inicio de sesión y seguridad" y luego "Revisión de seguridad".

GoogleGoogle

Google te dirá que problemas ha detectado con tu cuenta, desde los dispositivos que han accedido a ella hasta la actividad reciente, pasando por las aplicaciones de terceros a los que has permitido el acceso a tu cuenta. Asegúrate de que las sesiones que se han activado son las tuyas y sé restrictivo con los accesos de terceros. Por otro lado, si has dejado de utilizar un teléfono móvil donde leías el correo, desvincula ese dispositivo.

Finalmente, asegúrate de usar todos los métodos de verificación de tu cuenta, ya que se activarán cuando Google detecte accesos a ésta desde lugares poco habituales.

Activa la verificación en dos pasos

No es lo más cómodo, pero seguramente sea lo más seguro. Hablamos de la verificación en dos pasos, es decir, una segunda barrera que aparece en el acceso a la cuenta después de haber introducido la contraseña. Ese segundo paso puede ser un código que se envía por mensaje de texto o la petición de una llave de seguridad (USB) concreta, entre otras. Google ofrece este servicio a todos sus usuarios de forma gratuita.

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