La palabra Minecraft es una mezcla de dos palabras en inglés: Mine en referencia a la actividad de minar o excavar y Craft, como referencia al arte de construir. La misma palabra resume muy bien cuál es el concepto básico sobre el que se fundamenta el juego, donde tienes que explorar un mundo abierto recolectando materiales y objetos para usarlos posteriormente en la construcción de herramientas, edificios y cualquier otra cosa que se te pase por la imaginación, lo que se conoce como craftear. Cada palabra por separado puede tener varias acepciones según el contexto, pero cuando nos referimos al juego, ese es el significado perfecto.

En Minecraft podemos explorar todo un mundo minando y recolectando materiales. Tierra, madera, hierro… También deberás proveerte de víveres, cazar, pescar y sobrevivir a los peligros de la noche… Todo para poder crear tu propio refugio y tener tiempo de seguir explorando el mundo y sus biomas, que es como se conoce a los diferentes ecosistemas que puedes encontrar en tu camino. Deberás cavar minas, subir altas montañas y explorar infinitos mares para conseguir tus recursos.

A partir de ahí todo será cuestión de construir, desde el pico más básico para minar, pasando por armas y armaduras, hasta casas enteras, pueblos completos y todo aquello que tu imaginación pueda crear. Podrás interactuar con otros jugadores.

El juego ha supuesto toda una revolución en el sector desde su lanzamiento. Con un planteamiento muy sencillo y unos gráficos de tipo píxel que han marcado tendencia, Minecraft es un fenómeno de masas a nivel mundial con millones de jugadores. De hecho Microsoft compró el juego a la empresa que lo creó, Mojang, por 2500 millones de dólares en 2014 en vista de su éxito y potencial. La clave reside en su mundo infinito y totalmente modificable, haciendo de él uno de los juegos que más fomentan la imaginación.