La interpretación de Malavida es que Fortnite no es un juego adictivo, pasamos explicar nuestra postura.

En Fortnite no se premia por jugar mucho

En primer lugar, Fortnite no es un título que incentive demasiado el “juego adictivo”, por así llamarlo. Con jugar unas 4-5 horas a cada semana es posible llegar al nivel 100 en cada temporada, que es el último nivel en el que recibimos nuevos complementos interesantes. A partir de dicho nivel, quienes siguen jugando es únicamente por placer, ya que no van a ser “premiados” con mucho más.

Por otra parte en Fortnite no existen loot boxes, elemento muy criticado en otros juegos a pesar de no estar demostrado que estas “cajas sorpresa” inciten a los jóvenes a realizar apuestas.

Teniendo esto en cuenta, quienes juegan muchas horas a Fortnite no lo hacen incentivados por parte de sus creadores, Epic Games, quienes han sabido establecer unos límites para evitar que sus fans se pasen demasiado tiempo jugando.

Definición de adicción a videojuegos

Conviene aclarar que la OMS considera la adicción a videojuegos como una enfermedad, aunque no la trata como una adicción con sustancia daniña como sería la adicción a las drogas. Además, la adicción puede ser con cualquier videojuego, independientemente que este tenga o no elementos adictivos.

En ocasiones esta adicción se produce en jugadores que quieren mejorar competitivamente. Resultado de esto es que en juegos que normalmente nadie juega más de 50 horas, como puede ser Mario Kart, algunos lo acaban jugando durante más de 1.000 horas sólo para tratar de superar sus récords o enfrentarse a jugadores muy buenos.

En este caso la adicción en sí no tiene nada que ver con el videojuego, sino con la persona. Igual que hay personas adictas a la música o al chocolate, también las hay adictas a videojuegos, pero no son lo más habitual.

Qué dicen los estudios

Todos hemos leído alguna vez que un estudio demuestra que algo es bueno y luego leemos otro estudio distinto que viene a demostrar lo contrario. Con los videojuegos ocurre constantemente y la realidad es que muchas veces hay intereses de por medio.

Por poner un ejemplo, el expresidente de EEUU, Donald Trump, culpó a los videojuegos del alto grado de violencia que hay en su país. Sin embargo, en un simple gráfico estadístico mostrado por Reggie Fils-Aime, expresidente de Nintendo of America, podemos apreciar que en los países con mayor consumo de videojuegos, Corea del Sur y China, el número de asesinatos con arma de fuego son 100 veces menos en proporción a los del país americano.

Dicho esto, cada uno debe sacar sus propias conclusiones. Desde Malavida no creemos que Fortnite sea un juego adictivo, pero a los padres les recomendamos que pongan límites y atención a sus hijos, especialmente cuando son aún muy menores, ya que son más volubles.