El campo de la ofimática está dominado por Microsoft. Pero eso no significa que no existan alternativas solventes a la suite de la compañía norteamericana. OpenOffice y, posteriormente, LibreOffice son un verdadero muro de contención de código abierto a la solución privativa que es Office.

Debemos viajar hasta el año 2000 para ver el nacimiento de OpenOffice. Originalmente, fue un proyecto de StarDivision, una empresa alemana que Sun Microsystems compró en el año 1999. En aquel momento, era conocida como StarOffice. Las cualidades de este proyecto eran sobresalientes. Se trataba de un software de código abierto con claras intenciones de plantarle cara al todopoderoso Microsoft Office. El proyecto floreció gracias a la comunidad y a sus aportes. Once años después de su lanzamiento, Oracle compró Sun Microsystems, apropiándose de OpenOffice y abandonándolo significativamente. En la actualidad, no se esperan nuevas versiones y se considera que su soporte ha sido descontinuado.

¿Y qué tiene que ver LibreOffice con todo esto? Pues bien, debido al malestar de la comunidad con Oracle, se decidió iniciar un desarrollo independiente a OpenOffice basado en su código fuente. LibreOffice es un proyecto vivo, que actualiza su software muy a menudo y le añade novedades sustanciales. De hecho, la propia comunidad afirma que LibreOffice es el futuro de OpenOffice y, por eso, la mayoría de las distribuciones Linux lo incluyen por defecto.

OpenOffice y LibreOffice: en qué se parecen

Considerando que sus orígenes son similares, es lógico encontrar semejanzas en ambos aplicativos. Por ejemplo, los dos cuentan con una pantalla de bienvenida que permite crear nuevos ficheros rápidamente.

Pantalla de inicio de OpenOfficePantalla de inicio de OpenOffice

Las funcionalidades son similares y las aplicaciones incluidas también. En los dos casos, dispondrás de un procesador de textos, de un diseñador de hojas de cálculo y de un creador de presentaciones. Además, las dos suites incluyen su propio administrador de bases de datos, una aplicación de dibujo y, por último, una específica para la creación de fórmulas matemáticas.

Aplicaciones incluidas en LibreOfficeAplicaciones incluidas en LibreOffice

Tomando como referencia el procesador de textos, en ambos casos llamado Writer, podrás apreciar que las líneas de diseño de la interfaz son muy parecidas. Por defecto, las dos distribuyen sus funciones en barras de herramientas modulares y completamente personalizables. En la siguiente imagen, puedes ver la disposición de Writer funcionando en OpenOffice.

OpenOffice WriterOpenOffice Writer

Ahora, observa como la versión de Writer en LibreOffice ofrece una organización muy similar.

LibreOffice WriterLibreOffice Writer

De la misma manera, estas similitudes en la interfaz son notables también en el resto de las aplicaciones de OpenOffice y LibreOffice. De hecho, ambos paquetes se podrían confundir con facilidad. Pero, estamos ante proyectos en un estado muy diferente. LibreOffice incluye muchas funciones que OpenOffice no ha llegado a ofrecer. Y es justo ahí donde empiezan las diferencias.

OpenOffice y LibreOffice: en qué se diferencian

Más allá de la cantidad y la tipología de las aplicaciones incluidas, de una interfaz similar y de la pantalla de bienvenida, entre LibreOffice y OpenOffice solo encontramos diferencias. Y esto se debe, principalmente, a que el desarrollo de la primera es constante y el de la segunda se detuvo hace tiempo.

Siendo minuciosos, podemos apreciar que los iconos de LibreOffice están adaptados a pantallas de alta resolución y los de OpenOffice no. ¿Es importante este detalle? Digamos que mejora la experiencia.

Calidad en los iconosCalidad en los iconos

Otra característica que OpenOffice no llegó a adquirir nunca es la capacidad de exportar archivos de texto a DOCX. La captura inferior corresponde al diálogo de guardado de OpenOffice, que no incluye este formato.

El formato DOCX en OpenOffice no está soportadoEl formato DOCX en OpenOffice no está soportado

LibreOffice, por su parte, ofrece más opciones de personalización. Por ejemplo, dispone de un diseño alternativo que la acerca a otras opciones del mercado, como Microsoft Office y OnlyOffice. Este diseño se basa en pestañas, agrupando las diferentes opciones por categorías.

Interfaz por pestañasInterfaz por pestañas

Además, LibreOffice incluye prácticas funciones como la capacidad de añadir una marca de agua, firmar documentos, exportar un documento de texto como libro electrónico en formato EPUB, soporte a emojis y un modo seguro que desactiva todas las extensiones con el objetivo de subsanar fallos.

Marca de agua en LibreOfficeMarca de agua en LibreOffice

También, se distancia de OpenOffice por presentar un número inferior de errores. Evidentemente, este hecho no debe cogerte por sorpresa ya que LibreOffice cuenta con una nutrida comunidad que ayuda a perfeccionarlo. A modo de ejemplo, puedes fijarte en lo que ocurre cuando intentamos pegar desde el portapapeles en OpenOffice.

Error al copiar desde el portapapelesError al copiar desde el portapapeles

Todas estas diferencias no solo se encuentran en Writer, aplicación que hemos tomado como referencia en este artículo. El resto del software incluido también presenta un mejor rendimiento e interesantes detalles como plantillas para diseñar presentaciones, creación de gráficos avanzados y una documentación mucho más completa.

OpenOffice y LibreOffice: con cuál me quedo

LibreOffice es la elección correcta. Aunque, a efectos prácticos, pueda parecer que ambas suplen las mismas necesidades de manera parecida, LibreOffice es una opción mucho más solvente. Está claro que, como heredera legítima, en algún momento fue equiparable a OpenOffice. Sin embargo, hoy en día, es un paquete ofimático moderno, adaptado a las necesidades de los usuarios, con funciones muy necesarias y con un rendimiento muy superior. OpenOffice, por su parte, no es más que un desarrollo muerto.

Si buscas la mejor alternativa a Microsoft Office libre y gratuita, LibreOffice es la mejor opción. Si, por el contrario, ya eres usuario de OpenOffice, tan solo te queda dar el salto de una a otra.