Los MOBA se han convertido en pocos años en uno de los géneros más populares del mundo de los videojuegos. Con infinidad de títulos que lo representan y millones de jugadores diarios, no se puede negar que el público los adora. En ellos se debe acabar con bases enemigas y sus defensores, al estilo de los juegos de estrategia en tiempo real (RTS) de toda la vida, pero con una interesante vuelta de tuerca. Se han convertido en el género más popular en los eSports, se celebran torneos internacionales con premios millonarios y los mejores jugadores tienen estatus de estrellas. Pero ¿qué es y de dónde viene este fenómeno?

Definición de juegos MOBA

Lo primero es lo primero. Las siglas MOBA hacen referencia a Multiplayer Online Battle Arena o campo de betalla online multijugador; aunque también son conocidos como juegos de acción y estrategia en tiempo real. Tanto una denominación como otra describen con bastante precisión qué podemos encontrar en un título de estas características. Sin embargo hay dos características fundamentales que separan a los MOBA de los RTS:

  • Desaparece la gestión de recursos.
  • Hay que imponerse a un rival humano en un escenario y controlarlo.

En los juegos de estrategia tradicionales la gestión de recursos permite crear edificios y unidades que ayuden al jugador a ganar la partida. En un MOBA, al no contar con estas ayudas, el jugador se ve obligado a crear su propia estrategia sobre la marcha y confiar en su propia habilidad.

Las condiciones para la victoria también varían. En un juego de estrategia dependen de defender edificios o unidades, resistir un ataque en una base durante un tiempo determinado... En los MOBA sólo hay una regla: acaba con tu enemigo antes de que él acabe contigo. Para ello tienes que destruir su "base". Cualquiera que haya podido descargar juegos MOBA para Android o para otros sitemas operativos verá claramente a qué nos estamos refiriendo.

Así han evolucionado los MOBA

Desde que el género llegó al mundo de los videojuegos se han creado muchos títulos que siguen sus líneas, a día de hoy existen muchos MOBA célebres que se juegan regularmente. Su evolución ha sido lenta pero constante a lo largo de los últimos 20 años: han pasado de ser simples mods, a convertirse en éxitos a nivel mundial.

El primer título que podríamos considerar del género como tal no es otro que Aeon of Strife, un mod para Starcraft desarrollado por un tal Aeon64 en 1998. Se trataba de un mapa personalizado en el que cada jugador controlaba a una única unidad héroe, que luchaba contra otras controladas por la máquina. Para ganar la partida había que destruir las bases enemigas y defender la propia: se habían sentado las bases de los MOBA.

Tendrían que pasar cinco años hasta que volviésemos a ver algo similar. En 2003, un año después de la aparición en el mercado de Warcraft 3, un editor de mapas llamado Eul creó su propia versión de Aeon of Strife usando el primero como base. Las reglas eran similares: se controlaba una unidad héroe y se luchaba contra otras unidades héroe en diversos carriles que conectaban la base propia con las enemigas. En esta ocasión todos los rivales estaban controlados por humanos. Por si fuera poco, los héroes podían subir de nivel conforme iban participando en batallas y contaban con un ejército de subalternos que podía ser de utilidad para ganar el escenario. Había nacido DotA y los MOBA tal y como los conocemos hoy habían tomado forma. Se produjeron distintas variaciones del mod original, que más tarde se agruparían en un mapa conocido como DotA Allstars. No obstante, seguía haciendo falta Warcraft 3 para poder jugarlo; seguía siendo un mod.

Como suele pasar con todas las historias de éxito, cuando un mod triunfa enseguida hay quienes intentan replicar su éxito convirtiéndolos en juegos independientes. No se conseguiría hasta 2009 con la llegada de Demigod, que replicaba en muchos aspectos lo que fue DotA: fue un MOBA antes de que se acuñase el término. El título prometía, pero sus constantes problemas de servidores (dificultando las partidas online) acabaron por enterrarlo. En ese mismo 2009 se lanzaba al mercado un juego creado por un antiguo desarrollador de DotA llamado Feak junto al estudio Riot Games. En esencia se trataba de una versión del mod de Warcraft 3, con una estética cercana a los dibujos animados y con mecánicas de juego más fáciles de entender. League of Legends (LoL) había nacido y lo iba a cambiar todo.

Un encuentro en LoLUn encuentro en LoL

Es difícil decir algo de LoL que no se haya dicho ya. Su estructura de precios era revolucionaria en su momento: no tenías que pagar por el juego para probarlo, y tenías a tu disposición una serie de héroes que evolucionar sin tener que rascarte el bolsillo. Eso sí, contaba con microtransacciones para conseguir ciertas cosas. El modelo de negocio fue todo un éxito. De repente millones de personas que nunca se habían planteado la posibilidad de instalar un mod para probar DotA estaban descargando y gastando dinero en LoL. Hoy en día es el MOBA más popular, el niño bonito de los eSports y el que ofrece premios más millonarios a quienes participan en sus torneos.

Por otra parte, LoL no fue lo único que pasó en el terreno de los MOBA en 2009. Ese mismo año la todopoderosa Valve contrató a IceFrog, el desarrollador que estuvo manteniendo el DotA original tras la marcha de Feak a Riot Games. Juntos empezaron a trabajar en su propia versión independiente del mod de Warcraft 3, dando luz a lo que hoy conocemos como DotA 2 en 2013. Este título es increíblemente fiel a los estándares de Warcraft 3, solo que cuenta con gráficos muy mejorados gracias al motor Source de Valve. También apareció en el mercado bajo el mismo modelo de negocio que LoL, con el juego base gratuito para todos y con microtransacciones para conseguir objetos o personajes.

Captura de un gameplay de DotA 2Captura de un gameplay de DotA 2

Aunque su popularidad no es tan grande como la de LoL, DotA 2 cuenta también con una gran base de jugadores y presencia en los eSports. Sus torneos también son de los más seguidos a nivel mundial, aunque el título de Riot Games es el que se lleva la palma.

Tras la aparición de DotA 2 en el mercado se abrió la caja de Pandora. Empezaron a aparecer clones de los MOBA más populares por todas partes, con lo que algunos intentaron diferenciarse. Es el caso de Smite, lanzado en 2014. Este título apostaba por una perspectiva que colocaba la cámara encima del hombro del personaje controlado por el jugador, frente a la perspectiva cenital usada hasta ese momento. De acuerdo con Hi-Rez Studios, creadores del juego, esto se hizo para intentar dotar de más acción y ritmo a cada combate, apostando por un estilo de juego totalmente diferente a lo visto hasta ese momento. El juego ha sido desarrollado usando el Unreal Engine y ofrece una interesante vuelta de tuerca al género.

La historia termina (por ahora) en 2015 cuando Blizzard Entertainment, harta de que se usasen sus juegos como base, lanzó un MOBA propio llamado Heroes of the Storm. Ya que IPs de la empresa como Warcraft o Starcraft sirvieron para crear los primeros, qué menos que tener el suyo propio.

Gameplay de Heroes of the StormGameplay de Heroes of the Storm

En el juego podemos seleccionar como héroes a personajes míticos de las distintas franquicias de Blizzard, cuenta con un estilo de juego muy similar al de LoL y DotA y es uno de los más activos entre fans de la compañía y en los eSports. Tener la enorme maquinaria que mueve World of Warcraft detrás sin duda ayuda a su popularidad.

Sin embargo, aunque hemos repasado algunos de los ejemplos más famosos hay muchos, muchísimos en constante desarrollo. Hoy por hoy los MOBA son una tendencia dentro del gaming, con un líder muy claro (LoL). El género ha recorrido mucho camino para llegar a ser lo que es hoy, y sólo el tiempo dirá hasta dónde puede llegar o si ya ha tocado techo.

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