Tu centro de comunicación empresarial en tu movil
La Microsoft de hoy en día poco tiene que ver con la de antaño. No sólo ha dado pasos agigantados hacia direcciones antes impensables, sino que desde que abandonó Windows Phone ha abrazado con fe la causa de Android. Esto ha provocado que, por ejemplo, Microsoft Launcher sea uno de los más valorados de su categoría. Y esto es sólo el principio.
Kaizala quiere ser el WhatsApp de las empresas.
Siguiendo en el terreno de las aplicaciones móviles, nos encontramos con esta Microsoft Kaizala que, en pocas palabras, quiere ser el espacio de trabajo y comunicación definitivo. A fin de cuentas, no deja de ser una aplicación de mensajería instantánea como cualquier otra, pero orientada al mundo laboral y con la premisa de que podamos comunicarnos con gente de dentro y de fuera de nuestra empresa.
Una aplicación por explotar
Desde Redmond pueden adornarlo todo lo que quieran, pero lo cierto es que Microsoft Kaizala todavía no tiene muy claro qué quiere ser (al menos esa es la sensación que da). No es que la aplicación no funcione, no es que no esté bien hecha, nada de eso. Es, más bien, no saber si nos estamos encontrando ante un producto orientado al mundo corporativo, o ante un clon de Facebook Messenger, con esas funcionalidades secundarias como los juegos.
Las principales características de Microsoft Kaizala son las siguientes:
- Gestión de comunicación corporativa y personal.
- Sistema de alertas empresariales.
- Envío de comentarios y realización de encuestas y sondeos.
- Posibilidad de inscribirse en grupos públicos o crear grupos privados.
- Incorporación de las acciones de Kaizala, que permiten una gestión más rápida y eficiente de las acciones de la empresa y grupos de trabajo.
Requisitos e información adicional:
- Requisitos mínimos del sistema operativo: Android 5.1.
¡Hola a todos! Me llamo Sergio Agudo y me encanta la ciencia, la informática y los videojuegos. Desde muy pequeño he estado obsesionado con los ordenadores y con lo que en un hogar español de los 80 como el mío llamaban las máquinas de...